Carlota Galván
Head of ESG
Fecha:
julio 2025
Duración: 8 min
Entrevistador / a: Manu Bauzá
Texto: Manu Bauzá
Cuando valoras de verdad lo que la naturaleza te da, entiendes que protegerla no es una opción, sino una responsabilidad y una forma de vida
Me gustaría centrarme en tus inicios ¿Cómo fue tu incursión en el mundo ESG? ¿Y qué te motivó escoger este camino?
La verdad es que llegué al mundo ESG un poco por casualidad. Empecé como becaria en el área de comunicación interna de Damm, y aunque no existía un departamento formal de RSC, sí se hacían algunas iniciativas puntuales. En ese momento no tenía muy claro qué era exactamente la responsabilidad social corporativa, pero me llamó la atención cómo pequeñas acciones podían tener un impacto positivo dentro y fuera de la empresa.
Lo curioso es que, cuando estudié comunicación y publicidad, mi objetivo era trabajar en el mundo de la creatividad, pero con propósito: quería hacer campañas para causas sociales o medioambientales. Así que, sin saberlo, ya estaba alineada con lo que hoy es el enfoque ESG.
Después de mis prácticas, estuve un año fuera de Damm, y justo se dieron las circunstancias para volver, esta vez con un reto muy ilusionante: crear desde cero el área de RSC. Fue ahí cuando realmente me di cuenta de que esto era lo mío. Me enganchó la posibilidad de construir algo con sentido, de conectar valores con estrategia, y de trabajar por un impacto real y duradero
Como departamento de ESG de HBX Group, ¿Qué acciones destacarías que podéis hacer como empresa para mejorar el mundo?
Desde el departamento de ESG en HBX Group, creemos firmemente que las empresas tienen un papel clave en la transformación hacia un mundo más sostenible. En nuestro caso, al estar en el corazón del ecosistema B2B del sector travel tech, tenemos una capacidad de influencia significativa: conectamos con miles de hoteles, agencias, proveedores tecnológicos y destinos a escala global. Esto nos permite no solo adoptar prácticas responsables internamente, sino también facilitar el cambio en toda nuestra cadena de valor.
Un ejemplo claro es nuestro proyecto Sustainable Hotels, con el que destacamos aquellos alojamientos que cuentan con certificaciones ESG acreditadas por el GSTC. Pero no nos quedamos ahí; para complementar esta iniciativa, hemos creado el Sustainability Hub, una plataforma de conocimiento diseñada para ayudar a nuestros stakeholders a mejorar su desempeño en sostenibilidad, con recursos prácticos, accesibles y orientados a la acción.
También trabajamos activamente en el impacto social. Hemos superado las 12.000 horas de voluntariado corporativo, lo que demuestra el compromiso real de nuestros equipos con las comunidades locales. Y estamos desarrollando Think Big, un proyecto que busca crear micro destinos sostenibles, trabajando con actores locales para fomentar un turismo que genere valor económico, social y ambiental a largo plazo.
Personalmente, creo que las empresas no solo deben actuar, sino también usar su altavoz y su red para amplificar el cambio. A veces, pequeños gestos o decisiones pueden desencadenar grandes transformaciones. Si conseguimos que nuestros empleados, partners y clientes se sumen a este camino, el impacto se multiplica exponencialmente.
Veo que viajas mucho apoyando eventos ESG y también para apoyar acciones de cooperación humanitaria ¿alguna acción en concreto que te haya marcado un antes y un después?
Para mí, dar visibilidad a la sostenibilidad es casi tan importante como las acciones en sí. Creo firmemente que todo cambio profundo empieza con una ‘lluvia fina’: pequeños mensajes, conversaciones, ejemplos que poco a poco van calando en las personas y transformando mentalidades.
Por eso, cada vez que tengo la oportunidad de compartir lo que hacemos —ya sea en entrevistas como esta, en conferencias internacionales o en encuentros con otras empresas— lo veo como una forma de contribuir a ese cambio. No solo damos visibilidad a nuestras prácticas, como el proyecto Sustainable Hotels o Think Big, sino que también aprendemos muchísimo de otras personas que están enfrentando retos similares.
Una experiencia que me marcó especialmente fue convivir con cooperativas mayas en el centro de Quintana Roo, en México, donde colaboramos en el desarrollo de un proyecto de turismo sostenible. Poder activar un proyecto desde cerca, ver cómo poco a poco se lucha por recuperar y valorar una cultura ancestral y una biodiversidad única, fue increíble. Me hizo conectar de forma muy profunda con el propósito de lo que hacemos desde ESG.
En cuanto al tipo de cliente y colaborador de HBX Group, ¿crees que tenéis poder de influencia en el sector hotelero mediante vuestras acciones?
Sí, sin duda. Al ser una empresa B2B del sector travel tech, en HBX Group estamos en el centro de un ecosistema muy amplio de actores del sector viajes: hoteles, agencias, proveedores tecnológicos y destinos. Esto nos sitúa en una posición única para conectar intereses, impulsar colaboraciones y avanzar hacia objetivos comunes en sostenibilidad. Como empresa B2B travel tech, actuamos como facilitadores: integramos tecnología, datos y soluciones para que nuestros partners puedan adoptar prácticas más responsables.
Por ejemplo, estamos desarrollando proyectos conjuntos con hoteles y otros actores clave del sector para promover alojamientos más sostenibles, prácticas más eficientes y una mayor transparencia en el impacto ambiental y social. Además, facilitamos herramientas y contenidos especializados que ayudan a nuestros colaboradores a incorporar criterios ESG en sus operaciones, adaptándose así a una demanda creciente por parte del viajero consciente.
También creemos firmemente en el poder de las alianzas. Formamos parte de iniciativas globales como el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, Voluntare, centrada en el voluntariado corporativo, o entidades sectoriales como el Global Sustainable Tourism Council (GSTC) y el World Travel & Tourism Council (WTTC). Estas alianzas nos permiten compartir aprendizajes, detectar nuevas prácticas y amplificar el impacto positivo a través de una acción colectiva.
Porque al final, todas las empresas, grandes o pequeñas, tenemos poder de influencia. Tejemos redes de contactos muy amplias, y eso nos permite transmitir mensajes, inspirar cambios y contribuir a una transformación colectiva del sector.
¿Cómo ves el futuro del turismo sostenible? ¿Crees que es una moda o algo que se está instaurando en el mercado de manera definitiva?
Creo que el turismo sostenible no es una moda, sino una transformación estructural que ha llegado para quedarse. Es cierto que durante un tiempo se percibió como una tendencia, algo complementario, pero hoy ya forma parte del núcleo de la estrategia de muchas empresas y destinos. Y no solo por una cuestión ética, sino también por una necesidad de resiliencia y competitividad a largo plazo.
El turismo, como industria, depende directamente de la salud de los ecosistemas, de la riqueza cultural y del bienestar de las comunidades locales. Si no cuidamos eso, simplemente no habrá turismo que sostener. Por eso, cada vez más actores del sector están entendiendo que la sostenibilidad no es una opción, sino una condición para el futuro.
Desde HBX Group lo vemos claramente: hay una demanda creciente por parte de los viajeros, pero también una mayor conciencia en nuestros partners. Y ahí es donde entra nuestro papel como conector del ecosistema: acompañar, facilitar, compartir conocimiento y generar alianzas que aceleren esta transición.
Así que sí, el turismo sostenible es el futuro. Pero no como algo aislado, sino como una nueva forma de entender el viaje: más consciente, más respetuoso y más transformador.
Sobre la colaboración que habéis tenido con Traza en el equipamiento responsable de vuestras nuevas oficinas, ¿qué destacarías de esta experiencia?
La colaboración con Traza en el equipamiento responsable de nuestras nuevas oficinas ha sido una experiencia muy positiva y, sobre todo, muy alineada con nuestra forma de entender la sostenibilidad como algo que debe estar presente en cada decisión del día a día.
Destacaría especialmente la facilidad, la flexibilidad y la confianza con la que hemos trabajado desde el primer momento. Además, el valor añadido de saber el impacto ambiental y social que estás generando con cada pieza de mobiliario que incorporas es algo que marca la diferencia.
También ha sido clave el nivel de detalle, la adaptabilidad y la buena predisposición del equipo de Traza, especialmente a la hora de coordinarse con varios departamentos internos. Gracias a esa actitud colaborativa, conseguimos que el resultado final fuera gratificante para todos los implicados.
Para nosotros, este tipo de colaboraciones son un ejemplo de cómo se puede integrar la sostenibilidad en decisiones cotidianas, como el diseño de un espacio de trabajo, y cómo cada elección puede tener un impacto positivo si se hace con conciencia.
El sector del mobiliario es el segundo más contaminante después del sector de la moda, ¿ves a HBX Group liderando un cambio en la industria mediante el ejemplo de vuestras nuevas oficinas?
No creo que podamos hablar de liderazgo en el sector del mobiliario, ya que nuestros activos son oficinas relativamente pequeñas repartidas por el mundo. Pero sí creo que podemos —y debemos— dar ejemplo de que las cosas se pueden hacer de forma diferente y consciente.
En el caso de nuestras nuevas oficinas, la colaboración con Traza nos permitió incorporar mobiliario responsable, y lo más valioso fue poder conocer el impacto ambiental y social que generábamos con cada elección. Pero más allá del mobiliario en sí, lo importante es contar la historia que hay detrás. Por eso, cuando inauguramos las oficinas, redactamos un artículo en nuestra red social corporativa explicando el impacto de ese mobiliario, y colocamos códigos QR en algunos objetos concretos para que los empleados pudieran acceder directamente a esa información. También lo compartimos en nuestra newsletter de sostenibilidad, dirigida a clientes, proveedores y otros partners.
Porque al final, se trata de generar conciencia. Y aunque no tengamos grandes infraestructuras, sí tenemos una red de personas y contactos a los que podemos inspirar con pequeños gestos que, bien comunicados, pueden tener un impacto mucho mayor del que imaginamos.
Y ya para acabar, ¿cuál es tu relación personal con la naturaleza?
Mi relación con la naturaleza es profundamente personal. Mis padres se conocieron en un grupo de montañeros, así que desde muy pequeña he crecido entre montañas y mar. Para mí, la naturaleza es desconexión, equilibrio… y casi te diría que años de vida. Es el lugar al que vuelvo para recargar energía, donde todo cobra sentido.
Me encanta hacer deporte, y aunque fui jugadora de balonmano durante muchos años, lo que realmente me conecta es el deporte en la naturaleza: escalar, subir una montaña, esquiar, hacer surf o bucear. Es ahí donde me siento más libre y más conectada conmigo misma.
Esa conexión tan íntima con el entorno es también lo que me impulsa profesionalmente. Porque cuando valoras de verdad lo que la naturaleza te da, entiendes que protegerla no es una opción, sino una responsabilidad y una forma de vida. Y desde ahí nace el propósito de todo lo que hacemos en ESG.
Me gustaría centrarme en tus inicios ¿Cómo fue tu incursión en el mundo ESG? ¿Y qué te motivó escoger este camino?
La verdad es que llegué al mundo ESG un poco por casualidad. Empecé como becaria en el área de comunicación interna de Damm, y aunque no existía un departamento formal de RSC, sí se hacían algunas iniciativas puntuales. En ese momento no tenía muy claro qué era exactamente la responsabilidad social corporativa, pero me llamó la atención cómo pequeñas acciones podían tener un impacto positivo dentro y fuera de la empresa.
Lo curioso es que, cuando estudié comunicación y publicidad, mi objetivo era trabajar en el mundo de la creatividad, pero con propósito: quería hacer campañas para causas sociales o medioambientales. Así que, sin saberlo, ya estaba alineada con lo que hoy es el enfoque ESG.
Después de mis prácticas, estuve un año fuera de Damm, y justo se dieron las circunstancias para volver, esta vez con un reto muy ilusionante: crear desde cero el área de RSC. Fue ahí cuando realmente me di cuenta de que esto era lo mío. Me enganchó la posibilidad de construir algo con sentido, de conectar valores con estrategia, y de trabajar por un impacto real y duradero
Como departamento de ESG de HBX Group, ¿Qué acciones destacarías que podéis hacer como empresa para mejorar el mundo?
Desde el departamento de ESG en HBX Group, creemos firmemente que las empresas tienen un papel clave en la transformación hacia un mundo más sostenible. En nuestro caso, al estar en el corazón del ecosistema B2B del sector travel tech, tenemos una capacidad de influencia significativa: conectamos con miles de hoteles, agencias, proveedores tecnológicos y destinos a escala global. Esto nos permite no solo adoptar prácticas responsables internamente, sino también facilitar el cambio en toda nuestra cadena de valor.
Un ejemplo claro es nuestro proyecto Sustainable Hotels, con el que destacamos aquellos alojamientos que cuentan con certificaciones ESG acreditadas por el GSTC. Pero no nos quedamos ahí; para complementar esta iniciativa, hemos creado el Sustainability Hub, una plataforma de conocimiento diseñada para ayudar a nuestros stakeholders a mejorar su desempeño en sostenibilidad, con recursos prácticos, accesibles y orientados a la acción.
También trabajamos activamente en el impacto social. Hemos superado las 12.000 horas de voluntariado corporativo, lo que demuestra el compromiso real de nuestros equipos con las comunidades locales. Y estamos desarrollando Think Big, un proyecto que busca crear micro destinos sostenibles, trabajando con actores locales para fomentar un turismo que genere valor económico, social y ambiental a largo plazo.
Personalmente, creo que las empresas no solo deben actuar, sino también usar su altavoz y su red para amplificar el cambio. A veces, pequeños gestos o decisiones pueden desencadenar grandes transformaciones. Si conseguimos que nuestros empleados, partners y clientes se sumen a este camino, el impacto se multiplica exponencialmente.
Veo que viajas mucho apoyando eventos ESG y también para apoyar acciones de cooperación humanitaria ¿alguna acción en concreto que te haya marcado un antes y un después?
Para mí, dar visibilidad a la sostenibilidad es casi tan importante como las acciones en sí. Creo firmemente que todo cambio profundo empieza con una ‘lluvia fina’: pequeños mensajes, conversaciones, ejemplos que poco a poco van calando en las personas y transformando mentalidades.
Por eso, cada vez que tengo la oportunidad de compartir lo que hacemos —ya sea en entrevistas como esta, en conferencias internacionales o en encuentros con otras empresas— lo veo como una forma de contribuir a ese cambio. No solo damos visibilidad a nuestras prácticas, como el proyecto Sustainable Hotels o Think Big, sino que también aprendemos muchísimo de otras personas que están enfrentando retos similares.
Una experiencia que me marcó especialmente fue convivir con cooperativas mayas en el centro de Quintana Roo, en México, donde colaboramos en el desarrollo de un proyecto de turismo sostenible. Poder activar un proyecto desde cerca, ver cómo poco a poco se lucha por recuperar y valorar una cultura ancestral y una biodiversidad única, fue increíble. Me hizo conectar de forma muy profunda con el propósito de lo que hacemos desde ESG.
En cuanto al tipo de cliente y colaborador de HBX Group, ¿crees que tenéis poder de influencia en el sector hotelero mediante vuestras acciones?
Sí, sin duda. Al ser una empresa B2B del sector travel tech, en HBX Group estamos en el centro de un ecosistema muy amplio de actores del sector viajes: hoteles, agencias, proveedores tecnológicos y destinos. Esto nos sitúa en una posición única para conectar intereses, impulsar colaboraciones y avanzar hacia objetivos comunes en sostenibilidad. Como empresa B2B travel tech, actuamos como facilitadores: integramos tecnología, datos y soluciones para que nuestros partners puedan adoptar prácticas más responsables.
Por ejemplo, estamos desarrollando proyectos conjuntos con hoteles y otros actores clave del sector para promover alojamientos más sostenibles, prácticas más eficientes y una mayor transparencia en el impacto ambiental y social. Además, facilitamos herramientas y contenidos especializados que ayudan a nuestros colaboradores a incorporar criterios ESG en sus operaciones, adaptándose así a una demanda creciente por parte del viajero consciente.
También creemos firmemente en el poder de las alianzas. Formamos parte de iniciativas globales como el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, Voluntare, centrada en el voluntariado corporativo, o entidades sectoriales como el Global Sustainable Tourism Council (GSTC) y el World Travel & Tourism Council (WTTC). Estas alianzas nos permiten compartir aprendizajes, detectar nuevas prácticas y amplificar el impacto positivo a través de una acción colectiva.
Porque al final, todas las empresas, grandes o pequeñas, tenemos poder de influencia. Tejemos redes de contactos muy amplias, y eso nos permite transmitir mensajes, inspirar cambios y contribuir a una transformación colectiva del sector.
¿Cómo ves el futuro del turismo sostenible? ¿Crees que es una moda o algo que se está instaurando en el mercado de manera definitiva?
Creo que el turismo sostenible no es una moda, sino una transformación estructural que ha llegado para quedarse. Es cierto que durante un tiempo se percibió como una tendencia, algo complementario, pero hoy ya forma parte del núcleo de la estrategia de muchas empresas y destinos. Y no solo por una cuestión ética, sino también por una necesidad de resiliencia y competitividad a largo plazo.
El turismo, como industria, depende directamente de la salud de los ecosistemas, de la riqueza cultural y del bienestar de las comunidades locales. Si no cuidamos eso, simplemente no habrá turismo que sostener. Por eso, cada vez más actores del sector están entendiendo que la sostenibilidad no es una opción, sino una condición para el futuro.
Desde HBX Group lo vemos claramente: hay una demanda creciente por parte de los viajeros, pero también una mayor conciencia en nuestros partners. Y ahí es donde entra nuestro papel como conector del ecosistema: acompañar, facilitar, compartir conocimiento y generar alianzas que aceleren esta transición.
Así que sí, el turismo sostenible es el futuro. Pero no como algo aislado, sino como una nueva forma de entender el viaje: más consciente, más respetuoso y más transformador.
Sobre la colaboración que habéis tenido con Traza en el equipamiento responsable de vuestras nuevas oficinas, ¿qué destacarías de esta experiencia?
La colaboración con Traza en el equipamiento responsable de nuestras nuevas oficinas ha sido una experiencia muy positiva y, sobre todo, muy alineada con nuestra forma de entender la sostenibilidad como algo que debe estar presente en cada decisión del día a día.
Destacaría especialmente la facilidad, la flexibilidad y la confianza con la que hemos trabajado desde el primer momento. Además, el valor añadido de saber el impacto ambiental y social que estás generando con cada pieza de mobiliario que incorporas es algo que marca la diferencia.
También ha sido clave el nivel de detalle, la adaptabilidad y la buena predisposición del equipo de Traza, especialmente a la hora de coordinarse con varios departamentos internos. Gracias a esa actitud colaborativa, conseguimos que el resultado final fuera gratificante para todos los implicados.
Para nosotros, este tipo de colaboraciones son un ejemplo de cómo se puede integrar la sostenibilidad en decisiones cotidianas, como el diseño de un espacio de trabajo, y cómo cada elección puede tener un impacto positivo si se hace con conciencia.
El sector del mobiliario es el segundo más contaminante después del sector de la moda, ¿ves a HBX Group liderando un cambio en la industria mediante el ejemplo de vuestras nuevas oficinas?
No creo que podamos hablar de liderazgo en el sector del mobiliario, ya que nuestros activos son oficinas relativamente pequeñas repartidas por el mundo. Pero sí creo que podemos —y debemos— dar ejemplo de que las cosas se pueden hacer de forma diferente y consciente.
En el caso de nuestras nuevas oficinas, la colaboración con Traza nos permitió incorporar mobiliario responsable, y lo más valioso fue poder conocer el impacto ambiental y social que generábamos con cada elección. Pero más allá del mobiliario en sí, lo importante es contar la historia que hay detrás. Por eso, cuando inauguramos las oficinas, redactamos un artículo en nuestra red social corporativa explicando el impacto de ese mobiliario, y colocamos códigos QR en algunos objetos concretos para que los empleados pudieran acceder directamente a esa información. También lo compartimos en nuestra newsletter de sostenibilidad, dirigida a clientes, proveedores y otros partners.
Porque al final, se trata de generar conciencia. Y aunque no tengamos grandes infraestructuras, sí tenemos una red de personas y contactos a los que podemos inspirar con pequeños gestos que, bien comunicados, pueden tener un impacto mucho mayor del que imaginamos.
Y ya para acabar, ¿cuál es tu relación personal con la naturaleza?
Mi relación con la naturaleza es profundamente personal. Mis padres se conocieron en un grupo de montañeros, así que desde muy pequeña he crecido entre montañas y mar. Para mí, la naturaleza es desconexión, equilibrio… y casi te diría que años de vida. Es el lugar al que vuelvo para recargar energía, donde todo cobra sentido.
Me encanta hacer deporte, y aunque fui jugadora de balonmano durante muchos años, lo que realmente me conecta es el deporte en la naturaleza: escalar, subir una montaña, esquiar, hacer surf o bucear. Es ahí donde me siento más libre y más conectada conmigo misma.
Esa conexión tan íntima con el entorno es también lo que me impulsa profesionalmente. Porque cuando valoras de verdad lo que la naturaleza te da, entiendes que protegerla no es una opción, sino una responsabilidad y una forma de vida. Y desde ahí nace el propósito de todo lo que hacemos en ESG.